dijous, 6 de maig del 2010

PINTURA ESPAÑOLA

La pintura española
El S. XVII fue el Siglo de Oro de la pintura española. La española fue una de las grandes escuelas nacionales de pintura del continente.
La Iglesia fue la que encargó la mayoría de las obras junto con la corte y la nobleza, por lo que la temática religiosa fue la predominante.
El S. XVII es el siglo de las guerras religiosas en Europa (guerra de los 30 años), el siglo de la contrarreforma. Roma caput mundi ha de reforzar su universalidad puesta en cuestión por los protestantes.
La selección de los temas tiene un claro carácter propagandístico: Ser católico supone enfrentarse a los enemigos, hay que recuperar el espíritu de los mártires. Las iglesias se llenan de mártires, ermitaños, de pecadores arrepentidos (María Magdalena) y, además, hay que reforzar un dogma: la virginidad de María, por lo que aparece el tema de la Inmaculada Concepción.
Otros temas habituales fueron retratos. Frente al retrato burgués del norte, en el sur el retrato está ligado a la corte y a la nobleza. Son retratos muy diferentes, marcados por el protocolo, la ceremonia, donde el retratado posa y los pintores cortesanos reproducen un modelo protocolizado que iniciaron pintores como Tiziano o Moro y que luego seguirán todos los demás artistas y que algunos como Velázquez aportarán originalidad.
También fueron habituales los temas mitológicos, temática muy al gusto de la nobleza por su carácter decorativo y moralizante. En el barroco la mitología, en manos de artistas como Rubens, toma otra dimensión. Los dioses bajan del Olimpo, son hombres y mujeres (una de las gracias era su esposa), y en otras ocasiones hombres y mujeres se transforman en dioses y diosas. Los temas mitológicos, de difícil interpretación, están sólo al alcance de la nobleza ilustrada.
El estilo del barroco español fue realista, la realidad pura y dura, sin idealizar, lo feo y lo bella, lo joven y lo viejo, con todos sus contrastes.

JOSÉ DE RIBERA
Nació en Xàtiva (Valencia) pero se formo en Nápoles, donde se le conocía como El Spagnoletto. Su estilo está profundamente influido por el naturalismo de Caravaggio.
Martirio de San Felipe.
Durante mucho tiempo se ha considerado que este cuadro representaba el martirio del apóstol san Bartolomé. Hoy en día se considera que el santo es San Felipe.
Análisis formal
1- Construido con líneas diagonales, el cuadro centra su atención en el cuerpo flexionado del apóstol, al que elevan los verdugos.
2- Las sogas contribuyen a crear un espacio triangular, contrapuesto a los propios brazos de San Felipe, que crean otro triángulo invertido.
3- La escena en un exterior permite al pintor bañar todo el ámbito con una luz uniforme, sin renunciar a las sombras.
4- Este cuadro representa con gran realismo una escena emotiva, es una exaltación del sufrimiento del mártir y muestra con claridad el esfuerzo de los verdugos al subir el cuerpo, en unas posturas ladeadas de forma que dan la espalda al espectador.
Significado
Aunque el cuadro pertenece a un periodo avanzado del artista, en el que su estilo se ha suavizado, existe en él preocupación por los fuertes contrastes de luz para la diferenciación de los volúmenes. La sencillez de los modelos, la naturalidad, el realismo cruel del martirio, la actitud resignada del apóstol y el dolor de su rostro acercan al espectador el testimonio del mártir.

FRANCISCO DE ZURBARÁN
Pintor de santos y monjes. Representa el misticismo. Sus clientes son la Iglesia española y americana, por lo que su tema predominante es el religioso. La novedad es que Zurbarán se atreve a convertir en género mayor lo despreciado por otros pintores como menor. Son sus naturalezas muertas. En este sentido Zurbarán se adelanta a movimientos de vanguardia como el cubismo y a Cezanne.
Aparición del apóstol San Pedro a San Pedro Nolasco.
La obra
San Pedro Nolasco acababa de ser canonizado. Para conmemorar este acontecimiento, Zurbarán recibe el encargo de pintar este cuadro, que, junto a otros veintiún lienzos, decorarían un claustro del convento.
Análisis formal
1-Zurbarán renuncia a la composición tradicional, que separaba claramente el mundo celestial y el mundo terrenal. Los dos santos se hallan en el mismo plano.
2- La ausencia de fondo hace más uniforme el ambiente. El cuadro se construye a través de la luz rojiza que parte de la figura de San Pedro crucificado, de modo que el manto blanco de San Pedro Nolasco actúa de pantalla.
3- El artista busca el juego de efectos contrarios, no sólo en la postura de los dos personajes, sino en la desnudez de San Pedro y en las pesadas ropas del mercedario.
Significado
San Pedro Nolasco deseaba ir en peregrinación a Roma para visitar la tumba del apóstol Pedro. Antes de partir se le aparece el propio apóstol y le disuade de su viaje a Roma. La orden de los mercedarios recogía limosnas para liberar a los cristianos que estaban cautivos en poder de los musulmanes.

BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO
Al comienzo de su carrera siguió la línea del tenebrismo pero luego se decantó por un estilo más luminoso y colorista, con personajes y composiciones más serenas e intimistas. La mayoría de sus obras son de temática religiosa para la Iglesia española y americana, aunque también retrató personajes populares como golfillos.
La Sagrada Familia del Pajarito.
El artista
La popularidad de este lienzo sirvió al artista para asentar su fama y su clientela en Sevilla. Murillo es uno de los pintores más populares del panorama artístico español. Siempre residió en Sevilla donde su taller tenía una considerable actividad. La tradición de la escuela sevillana y la accesibilidad de sus cuadros contribuyeron a su popularidad.

Análisis formal
1-La escena transcurre en un interior con el realismo de un entorno humilde.
2- La composición deja en el centro de la escena al Niño.
3- El ambiente se encuentra en penumbra y se acentúan los efectos de la luz en la figura central, para conseguir contrastes que permitan modelar los volúmenes.
4- El episodio sucede sin tener en cuenta al espectador, que se asoma al interior de una vivienda, donde tiene lugar una escena cotidiana. Los personajes adquieren un carácter plenamente humano.
5-San José tiene a su lado el banco de carpintero, la Virgen está ocupada con sus ovillos de lana, y Jesús se entretiene divertido con un pajarito y un perro. Está alejado de la pasión.
Significado
La cotidianidad, la anécdota y la sensibilidad son usadas por Murillo para acercar la escena a los fieles así como la belleza del niño y su alegría. El papel de San José adquiere una importancia notable a partir de la contrarreforma para resaltar la agrupación de la Sagrada Familia.
La ternura de las composiciones de Murillo ha tenido un gran éxito en la piedad popular y muchos de sus modelos se difundieron por todo el mundo.
Otros pintores de la segunda mitad del S. SVII


JUAN DE VALDÉS LEAL
Un pintor tétrico y dramático que destaca por sus “vanitas” con aforismos moralizantes.


















DIEGO DE SILVA Y VELÁZQUEZ
Etapas:
1- Etapa sevillana: de juventud con su maestro Pacheco.
2- Etapa madrileña:
a. Pintor de la Corte.
b. Pintor del Rey.
1ª ETAPA
Etapa de formación, de adolescencia y juventud en el taller de Pacheco, pintor de segunda pero con influencias entre la clase alta sevillana y los círculos artísticos. En el taller de Pacheco tiene noticias de lo que están haciendo en Europa otros pintores, especialmente Caravaggio.
Principales obras:
- El aguador (examen de maestría).
- Jesús en casa de Marta y María.
- La vieja friendo huevos.
- La adoración de los Magos.
CARACTERÍSTICAS:
1- La más caravaggiana.

2- Temática que pintores como Carducho despreciaban calificándola de “Bodegones y cocinas”.

3- La etapa más barroca en el tratamiento de la luz (claroscuros), color (paleta de marrones, ocres y rojizos), personajes (anónimos, de la calle), temas cotidianos, domésticos. Incluso los religiosos Velázquez los convierte en escenas domésticas.

4- Dibujo con una línea más marcada que en su madurez, donde la pincelada se hace mucho más suelta.
Gran parte de las obras de esta etapa se encuentran fuera de España. Muchas de ellas salieron a raíz de la Guerra de la Independencia como parte del botín que José I se llevó, y también fueron adquiridas o donadas a los aliados ingleses por parte del gobierno español. El aguador de Sevilla era llevado a Francia por José I pero el convoy fue interceptado por el duque de Wellington y Fernando VII se lo regaló.

2ª ETAPA
En 1623 estaba en Madrid en compañía de su suegro, Francisco Pacheco, iniciando una carrera que lo llevaría a obtener los grandes honores que buscara con tesón. Consiguió el título de caballero (pequeña nobleza) tras su muerte. En el palacio ocupaba el cargo de aposentador con más prestigio que el de pintor.
Conoció también otra pintura con los grandes italianos Tiziano y Tintoretto, y conoció personalmente a Rubens. La pintura de Velázquez cambió. Los borrachos, de 1628, es el resultado ejemplar de esta mutación. En esta primera etapa, donde es todavía pintor de la corte, realiza obras de carácter mitológico e histórico.





A esta etapa pertenece
El viaje por Italia, en 1629, le dio el impulso definitivo. Al regresar a Madrid, Velázquez ya estaba preparado para su oficio de pintor de un único cliente. Así nacieron los retratos del Rey, los infantes y la sorprendente serie de los enanos.
Su pincel penetró más allá de la apariencia y nos aportó la imagen del Rey con su juventud hasta su madurez. Frente a Goya que enjuicia al retratado, Velázquez nos los presenta tal y como son. En el segundo viaje a Italia ya es un pintor afamado y Papas y nobles quieren posar para el genio. De este segundo viaje es el gran retrato del Papa Inocencio X, la Venus del espejo (única licencia frívola del pintor en su carrera) y dos pequeñas vistas de la villa de los Medici en Roma.
El retrato del Papa fue considerado como “demasiado veraz” por el pontífice. Una veracidad que es obsesión del arte moderno, desde Delacroix hasta Francis Bacon, quien, en la década de los cincuenta, dedico a este retrato una serie de variaciones de extraordinaria intensidad psíquica y visual.
Del regreso del segundo viaje son su últimas obras. Destaca Las Meninas. No es casual que Picasso dedicara a este cuadro estudios, copias y toda la serie de dibujos, cuadros y grabados.
De su última etapa destacar también su última obra, Las Hilanderas, donde se consigue un paso más. Los renacentistas consiguieron las tres dimensiones, los barrocos el instante, el tiempo. Velázquez con Las Hilanderas capta el movimiento, la acción.





CARACTERÍSTICAS:
1- Pintor al margen de escuelas y tendencias, es simplemente Velázquez. Elabora su propio lenguaje.

2- Los temas tradicionales (religiosos o mitológicos) son diferentes.

3- Una personalidad conservadora. Un hombre al servicio del Rey y la monarquía. Sus retratos reales y su temática histórica se cargan de una dignidad y solemnidad en una época de derrotas y de crisis, pero no es un adulador.

4- Técnicamente es un genio, por eso consigue la máxima perfección, por ejemplo, en captar las tres dimensiones. La perspectiva aérea de Leonardo se completa y además se le añade una cuarta dimensión, el tiempo.

5- Sus pinceladas se van haciendo cada vez más rápidas y pastosas, anticipándose a la técnica impresionista. Pinta sobre lienzo e incluso rectifica. Son los “arrepentimientos” de Velázquez, pero esto no significa que fuera un pintor rápido, al contrario, su lentitud en ocasiones exasperaba al Rey.

6- Sus paisajes de fondo de la sierra madrileña y el cielo de Madrid se convierten en adjetivo para calificar al propio cielo. (Cielo velazqueño).

7- La luz: desde la luz contrastada de la etapa sevillana hasta la luz natural.

La Rendición de Breda
Los dos ejes principales indican la estructura de la composición en el cuadro, la cual concentra en la parte inferior izquierda a los vencidos y, a la derecha, a los vencedores con la pesada masa del caballo visto por detrás. En la parte superior derecha, el ritmo vertical de las lanzas da “peso” a la enseña de los vencedores.




La Fragua de Vulcano





El esquema muestra la estructura vertical de la composición con Apolo, Vulcano y las figuras de los obreros, en perfecta verticalidad.




La Vieja friendo huevos

Se muestra la diagonal sobre la que se basa la composición y las dos partes sobre las que Velázquez a dispuesto las figuras. Destacan la botella y la mano extendida de la vieja, que construyen el punto de enlace entre los dos personajes.

La Venus del Espejo





Se evidencia el espacio reservado para la figura del desnudo, pero, sobre todo, precisa la línea del cuerpo contenida en una amplia curva, que es a la vez una concepto de síntesis y sugerencia de abandono.

Las Meninas.
Es un cuadro de lectura compleja, un cuadro dentro del cuadro, una exaltación simbólica de la familia real, pero también una explicación de la pintura, como instrumento de fascinación y reconstrucción de una realidad más veraz que la verdad.
Velázquez es un ojo que mira y una mano que dibuja. No es casual que Picasso dedicara a Las Meninas estudios, copias y toda una serie de dibujos, cuadros y grabados.

Análisis formal
1- El esquema destaca la posición central de la infanta Margarita, que deja a su derecha a una de las damiselas y a Velázquez, y a los otros personajes, a su izquierda.
2- La mitad superior está destinada a la perspectiva de cielo raso y los grandes cuadros con motivos mitológicos; la mitad inferior, para la composición de los personajes.
3- El dibujo muestra la perspectiva de la habitación que se direcciona hacia la figura del aposentador.
La escena
1- Representa a Velázquez mientras está ejecutando el retrato de la familia real: además del autor, a la izquierda vemos a doña Agustina de Sarmiento, la infanta Margarita, doña Isabel de Velasco, la enana Mari Bárbola y el enano Nicolás Pertusato. En segundo plano, los guardadamas, y al fondo el mayordomo José Nieto Velázquez se asoma a contemplar la escena.

2- En el espejo colocado al lado de la puerta, en la zona central del cuadro, se reflejan los bustos de la reina Mariana de Austria y del rey Felipe IV, evidentemente en pose para ser retratados.

3- El ambiente es un gran salón, muy alto, limitado por el gran cuadro que ejecuta Velázquez. La luz entra por las ventanas de la parte derecha, de las que sólo están abiertas la primera y la última.

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